
Es un principio indiscutible que para saber mandar bien, es preciso saber obedecer.”
Aristóteles
Hace cerca de 13 años fue que decidí que no quería tener un jefe y opté por montar mi propio proyecto de agencia de marketing. El camino obviamente no ha sido sencillo y la agencia ha pasado por muchos cambios de locación, personal y hasta de nombre; empezó llamándose Cherry Marketing, hasta convertirse en lo que es hoy en día, un proyecto del que estoy orgulloso y que con el paso del tiempo he logrado que se posicione como una agencia enfocada en el desarrollo de pymes y proyectos de emprendimiento.

En el plano profesional he ido evolucionando durante mi carrera y estoy 1000000% seguro que la semilla de lo que soy hoy se plantó durante mi estadía en el Club Necaxa en donde comencé como el godín más godín que puede haber, haciendo mandados para los gerentes y directores de todas las áreas, poniendo atención y tomando notas mentales de como se comportaba cada uno, como accionaba y como dirigían. En mis 7 años en el club tuve de todo, desde el jefe que me arropó y del cual aprendí muchísimas cosas que hoy sigo aplicando, hasta el clásico jefe que robaba mis ideas, las presentaba como suyas y se colgaba las medallas. A decir verdad, de él también aprendí mucho ya que me dio la pauta del jefe que no quería ser cuando comencé la agencia.
El emprender un negocio, es sin duda una aventura llena de sabores agridulces, altibajos económicos y emocionales y; por supuesto, muchas recompensas y satisfacciones. Sin embargo, el ser godín también está lleno de mucho aprendizaje, amistades y gente valiosa que conoces en el camino, te abre puertas, contactos y oportunidades que emprendiendo al salir de la universidad es poco probable que logres obtener, para decirlo en una frase coloquial: la cag** en patio ajeno, puedes aprender muchísimo de los caminos que no debes andar al observar y tomar nota.
Lo más importante de ser Godín antes de emprender un negocio, es lo que menciona Aristóteles, hay que saber obedecer para saber mandar, para tener una visión clara de lo que sucede en el mundo fuera de las aulas de clase, disminuye un poco esa visión romántica de ser emprendedor en donde todo el tiempo estás con una sonrisa y disfrutando de tu tiempo libre, te dará la perspectiva de que los inicios serán sufridos, habrá sacrificios, pero sabiendo que si puedes aguantar los primeros 2 o 3 años, los viajes y días libres comenzarán a ser una realidad.
Entonces ¿es mejor ser emprendedor que Godín? Ni lo uno ni lo otro, no todos tienen la paciencia para permanecer en una oficina toda su vida, ni todos tienen la persistencia que requiere emprender. Si sientes que tu vida Godín ya no te da para más, analiza cuales son tus pasiones, tus intereses y pregúntate si es una idea de negocio viable y si lo es; no lo pienses, busca asesoría que te ayude a cuadrar tus ideas y ve a por ellas, vivimos en México y NUNCA existirá el «momento ideal para emprender». También se vale tirar la toalla de emprendedor y buscar una opción Godín que llene tus expectativas de carrera y económicas, no hay vergüenza en admitir un tropiezo y regresar a una oficina.
Siempre me he considerado bueno en lo que hago; ya sea en la mercadotecnia, en el Tae Kwon Do o en el volleyball, tal vez no he sido EL MEJOR o No.1 en estas disciplinas; pero sé que soy o he sido muy bueno. Lo que si puedo asegurar es que la vida Godín me preparó para poder emprender con seguridad, y si puedo darte un consejo; sin caer en los clásicos post de «20 consejos para emprender», es que consideres seriamente «hacer carrera» en una empresa un par de años con dos objetivos: ahorrar y aprender porque sí, los créditos son bonitos, pero deberle a los tíos, papás y bancos es una triple preocupación que puedes aminorar si haces tu propio guardadito y además lo que crees que sabes; no es que no sirva pero, te será insuficiente fuera de las aulas, así que deshazte de los estigmas y aprovecha las oportunidades que se te presenten, godin o emprendedora, no dudes en seguir el camino que tu crees te va a llevar a realizarte plena, personal y profesionalmente, al final del día ¿POR QUÉ NO?

DEL AUTOR: Arturo Ramírez (arturomerka) Brandologo, golfista y aficionado al fútbol.